Billy Bean, vicepresidente de las Grandes Ligas para la diversidad, la equidad y la inclusión, reflexiona sobre su propia experiencia como jugador de béisbol y su vida como un pelotero gay que permaneció en el armario. Lamenta no haber compartido plenamente quién era con sus padres y haber ocultado su secreto incluso a compañeros como Brad Ausmus y Torey Lovullo.
Bean transmite este mensaje en los clubhouses y encuentra eco entre los peloteros actuales, quienes se esfuerzan por mantenerse en las Grandes Ligas y ser considerados buenos compañeros. Esta perspectiva también informa la forma en que Bean aborda los asuntos actuales relacionados con el béisbol y la comunidad LGBTQ+.
Aunque ha habido avances en la inclusión, Bean reconoce que todavía hay días en los que percibe retrocesos y cierta fricción. Reconoce que no todos los seres humanos conectados con el deporte, ya sean jugadores o aficionados, estarán de acuerdo en todos los aspectos relacionados con la diversidad y la inclusión.
Esta tensión se ha hecho evidente en algunas campañas recientes, donde los equipos de las Grandes Ligas muestran su apoyo a la comunidad LGBTQ+ durante el Mes del Orgullo. Sin embargo, también se ha evidenciado que aún persisten actitudes negativas hacia la homosexualidad en el béisbol, un deporte arraigado en la sociedad estadounidense y en América Latina, donde algunas personas consideran la homosexualidad como un pecado.
A pesar de los avances en la lucha por los derechos civiles, simbolizados por Jackie Robinson al romper la barrera racial en las Grandes Ligas hace casi 80 años, el béisbol aún enfrenta la pregunta de cuándo dará la bienvenida a su primer jugador abiertamente gay. Mientras que en la NBA y la NFL ya se ha superado esta barrera, el béisbol continúa trabajando para alcanzar una verdadera inclusión y aceptación en este aspecto.
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