No hemos podido cicatrizar la herida, tampoco diluir su dolor, mucho menos llenar ese vacío que nos dejó su inesperada partida de Roberto Sánchez. Ahora fue Linares, su hermano mayor, que de forma sorpresiva y sin anunciarlo se desploma y nos deja a medio camino.
La vida nos presenta muchas experiencias, algunas llenas de alegría y otra de tristeza profunda. Una de las experiencias mas desgarradoras que enfrentamos es la perdida de un padre ejemplar, de un hermano querido, de un amigo cercano, de un camarada, de alguien que ha compartido risas, lágrimas y momentos inolvidable a nuestro lado.
En este artículo, honramos la memoria de Linares Sánchez Persinal, un ser muy querido que tocó nuestras vidas de forma innumerables. Linares fue agrimensor, tenía 73 años al momento de su ida a destiempo. En sus años de juventud fue secretario general de la Juventud Revolucionaria Dominicana (JRD) en 1969; siendo detenido en la dictadura de Joaquín Balaguer.
Trabajó construcción desde muy joven, participando en proyectos como los anexos a la planta de refinería de Haina, Falcón Bridge, también viajó a Curazao contratado desde Republica Dominicana para la construcción de una planta. Linares Sánchez era una persona única en todos los sentidos. Su carácter amable y su sonrisa contagiosa iluminaba cualquier habitación en la que entraba.
Siempre estaba dispuesto a ofrecer una mano amiga o un hombro en el que apoyarse, sin importar las consecuencias, las circunstancias ni los riesgos. Esta generosidad y compasión que emanaba de él eran cualidades que todos admirábamos profundamente.
Los recuerdos compartidos con Linares son tesoros que atesoraremos por siempre. Desde la tarde ultima en que compartimos, en el cumpleaños de su hijo RaulManny Sánchez, esa conversación la tendré siempre como un testimonio de su formación profunda, de su voluntad de aportar un granito de arena a las mejores causas. Ese se convertirá en un testimonio vivo que impactará siempre mientras vidas tenga.
La pérdida de Linares Sánchez deja un vació en sus familias, en sus amigos y en nuestros corazones que nunca podrá llenarse por completo. Sin embargo, su influencia positiva en sus hijos (as) seguirá viviendo a través de los años. Les inspira a ser más amables, compasivos y a valorar cada día su legado como un regalo precioso y valioso. Linares nos enseñó que la amistad es un vinculo poderoso que trasciende la distancia y el tiempo.
En su honor, recordemos no solo el dolor de su partida, sino también la alegría de haber tenido la fortuna de conocerlo. Celebremos su vida y las huellas que nos dejó en cada uno de sus seres queridos, manteniendo en alto su legado de practicar la amabilidad, la compasión y la generosidad que Linares siempre personificaba. La pérdida de un amigo, de un camarada, es una prueba difícil, pero a través de la solidaridad, del amor y el apoyo mutuo, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante.
