La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha publicado un informe que concluye que la carne, los huevos y la leche son fuentes de nutrientes esenciales que no pueden obtenerse de igual forma mediante la ingesta de alimentos de origen vegetal.
El estudio, titulado «Contribución de los alimentos de origen animal terrestre a una dieta sana para mejorar la nutrición y la salud», es el análisis más completo realizado hasta la fecha sobre los beneficios y riesgos del consumo de alimentos de origen animal.
Según el informe, estos alimentos son especialmente importantes durante etapas fundamentales de la vida como el embarazo y la lactancia, la infancia, la adolescencia y la tercera edad. Los alimentos de origen animal terrestre proporcionan proteínas de alta calidad, diversos ácidos grasos esenciales, hierro, calcio, zinc, selenio, vitamina A, vitamina B12, colina y compuestos bioactivos como carnitina, creatina y taurina. Además, desempeñan una función importante para la salud y el desarrollo.
A nivel mundial, más de uno de cada dos niños en edad preescolar, unos 372 millones, y 1200 millones de mujeres en edad fértil carecen de al menos uno de estos tres nutrientes: hierro, vitamina A o zinc. Tres cuartas partes de estos niños viven en Asia meridional y oriental, el Pacífico y el África subsahariana.
El informe destaca que si se consumen como parte de una dieta balanceada, los alimentos de origen animal pueden ayudar a alcanzar las metas de nutrición aprobadas por la Asamblea Mundial de la Salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la reducción del retraso del crecimiento, la maeciación en niños menores de cinco años, el bajo peso al nacer, la anemia en mujeres en edad reproductiva, y la obesidad y las enfermedades no transmisibles en adultos.
Sin embargo, la FAO también señala que el sector ganadero debe contribuir a abordar una serie de retos relacionados con el medio ambiente, la gestión de los rebaños, la sanidad animal, la interacción entre el hombre y la ganadería y la sociedad.
En cuanto a los riesgos derivados del consumo de alimentos de origen animal, el informe indica que el consumo de carne roja procesada, incluso en cantidades bajas, puede aumentar el riesgo de mortalidad y enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer colorrectal. Sin embargo, el consumo de carne roja no procesada en cantidades moderadas puede entrañar un riesgo mínimo, pero se considera seguro en cuanto a su incidencia en la aparición de enfermedades crónicas.
El informe de la FAO destaca la importancia de los alimentos de origen animal terrestre como fuentes de nutrientes esenciales, pero también señala la necesidad de abordar los retos relacionados con el sector ganadero y los riesgos derivados del consumo de estos alimentos.
Descubre más desde La República Hoy
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.