Por Andreia Verdélio
Brasil asumió el domingo (1) la presidencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por el período de un mes. Entre los temas que el país defenderá, el principal es la importancia de las instituciones bilaterales, regionales y multilaterales para prevenir, resolver y mediar en los conflictos.
El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, presidirá una audiencia sobre esta cuestión el 20 de octubre.
"Este mes vamos a plantear la idea de que el Consejo de Seguridad se ocupe más ampliamente de los instrumentos que las Naciones Unidas, los países y las organizaciones regionales tienen para prevenir los conflictos y no sólo tratarlos después de que se produzcan. Un refuerzo de la diplomacia bilateral, regional y multilateral para evitar que estallen los conflictos", explicó el embajador Carlos Márcio Cozendey, secretario de Asuntos Multilaterales y Políticos del ministerio en una entrevista el viernes (29).
Como ejemplo, citó el Tratado de Tlatelolco, firmado en 1967 por 33 países de América Latina y el Caribe para garantizar la no proliferación de armas nucleares en la región.
Según el diplomático, otros asuntos serán abordados a lo largo del mes durante la presidencia brasileña del Consejo de Seguridad: la posible misión de apoyo a las fuerzas de seguridad en Haití; el mantenimiento de la misión de la ONU que supervisa las negociaciones de paz en Colombia; y, posiblemente, cuestiones relacionadas con la guerra entre Ucrania y Rusia.
Reforma
Creado tras la Segunda Guerra Mundial en 1948 para garantizar el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, el Consejo de Seguridad de la ONU cuenta con cinco miembros permanentes – China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia – y un grupo de 10 miembros no permanentes con mandatos de dos años.
Los puestos rotatorios están ocupados actualmente por Brasil, Albania, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Ghana, Japón, Malta, Mozambique y Suiza. Los mandatos se extienden hasta diciembre.
Esta es la segunda vez en el actual mandato que Brasil preside el organismo – la primera fue en julio de 2022 – y el undécimo mandato de Brasil desde que se creó el Consejo.
Los cinco miembros permanentes del Consejo tienen poder de veto, lo que significa que pueden bloquear resoluciones del órgano por razones relacionadas con sus propios intereses.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viene abogando por la reforma de las instituciones de gobernanza mundial y reclama un puesto permanente para Brasil en el Consejo de Seguridad, así como para Sudáfrica e India. Para él, organismos internacionales más representativos podrían, por ejemplo, imponer sanciones a los países que incumplan sus compromisos en materia climática e impulsar la lucha contra las desigualdades en el mundo.
En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el pasado día 19, Lula afirmó que el principio del multilateralismo global – que presupone la igualdad soberana entre las naciones – se ha erosionado y que el órgano de seguridad de la ONU "ha ido perdiendo progresivamente su credibilidad".
