Las palabras son de Gregory Adamés, y hoy duelen más que nunca. Gregory no es una figura pública. No es político. No es famoso. Es un empleado. Un ser humano común que hizo lo que muchos no hacen: levantar la voz a tiempo.
Semanas antes de la tragedia en la discoteca Jet Set, Gregory advirtió al propietario Antonio Espaillat que el techo del local estaba en mal estado. Lo hizo con palabras, con mensajes, con videos. Le dijo que la fiesta del 8 de abril no debía hacerse. Y no lo escucharon.
Esa noche, el techo colapsó. Murieron 235 personas. Entre ellas, el inmenso Rubby Pérez, ícono del merengue. También hubo más de 180 heridos, muchos de ellos con secuelas físicas y emocionales para toda la vida.
“Me dijo que se hiciera la fiesta”
Según la querella presentada esta semana por Adamés, Espaillat le ordenó continuar con los preparativos, ignorando la advertencia. Gregory, quien era el encargado de logística del evento, también fue una víctima: sobrevivió, pero herido.
Lo más doloroso es que todo esto se pudo evitar. Hoy Gregory acudió con sus abogados al Ministerio Público. Llevó un celular. No con contactos, sino con pruebas: videos y conversaciones que muestran su intento desesperado por frenar lo inevitable.
En esa querella también figuran la madre de Espaillat, Ana Grecia López, y la empresa Inversiones E y L, propietaria del Jet Set. Pero eso no es todo: también hay señalamientos al Estado dominicano y la Alcaldía del Distrito Nacional, por no supervisar ni actuar a tiempo.
Ya se han registrado 68 acciones legales relacionadas con el caso, incluyendo denuncias por negligencia e incluso homicidio involuntario.
El silencio también duele
Hasta ahora, Antonio Espaillat no ha sido interrogado. Ni una cita. Ni una palabra. Nada. Y eso, para muchos, es tan injusto como la propia tragedia.
Los abogados de Gregory insisten: el Ministerio Público debe actuar ya. Porque no se trata solo de buscar culpables, sino de evitar que tragedias como esta se repitan.
La justicia no puede seguir callada. Porque cuando una advertencia ignorada termina en dolor, silencio e impunidad… el sistema entero pierde credibilidad.
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