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Nueva vez 14 de Junio 65 años después

OpiniónNueva vez 14 de Junio 65 años después

Por Josefina Almánzar.

Hoy nueva vez es 14 de junio, el país conmemora el 65 aniversario de uno de los eventos de mayor impacto en el siglo XX. En ocasión de este aniversario desde esta columna quiero compartir mis reflexiones sobre esta efeméride.

El 14 de junio es un día patrio, un día en el cual se puso de manifiesto el sacrificio de los representantes de una generación que ofrendo su vida por la libertad. Un día para que siempre viva en la memoria de todo aquel que se sienta ser dominicano y dominicana. Para todo el que sienta correr por sus venas la sangre de la tan sufrida y maltratada Quisqueya.

Una ocasión para meditar sobre los hechos que han marcado de manera trascendental la historia de la República Dominicana. Un día para reflexionar sobre cada una de las muertes físicas, sobre cada una de las almas que fueron mutiladas en esos tiempos de oscuridad y de barbarie. Un día para encontrarnos con nuestro pasado y ver cómo nos segaron aquellas espigas aun si haber dado todo su potencial germinador en la sociedad. Recordar cómo mutilaron a aquellos y aquellas que murieron por un ideal, aquellos y aquellas que tuvieron el arrojo de poner en riesgo todo por sus sueños y sus deseos.

La “Gesta Gloriosa del 14 de junio” como con todos los méritos se reconoce esa expedición, recogió en su seno a una parte ilustre de la juventud de su época, la parte más comprometida y sana de la nación.  Convocó a los hombres y mujeres valientes que lucharon por la libertad. A hombres y mujeres que se entregaron a la causa sin intereses, sin esperar recompensas pecuniarias o de estatus social. Acogió en su seno a hombres y mujeres que sacrificaron sus bienes materiales a cambio de bienes de dignidad, respeto, libertad y mejor calidad de vida para sus conciudadanos y conciudadanas.

El tiempo ha pasado y hoy República Dominicana es totalmente diferente a los que ellos soñaron. Si bien es cierto que hoy respiramos ciertos aires de libertad no deja de ser, también, cierto que hoy arrastramos pesares que describen una realidad muy distante de las que fi­guraron en sus sueños.  No tenemos institucionalidad y la seguridad social es apenas un ejercicio publicitario. Hemos estado representados por funcionarios y funcionarias que en el momento de sus gestiones piensen en el bienestar común de todos y todas sino de ellos mismos.  La República Dominicana que ellos soñaron ha devenido en su recorrido histórico en un país corrompido por el cáncer de la impunidad y la injusticia. Los gobiernos y las élites cooptaron el Estado para hacerse millonarios a costa del dinero del pueblo. La cosa pública ha sido un pastel que se reparte entre todos los que les toca el turno del Gobierno.

Ellos murieron por nosotros, pero sus conciudadanos no hemos podido disfrutar en toda su plenitud de los resultados de su sacrificio. Los gobernantes que hemos tenido durante las seis décadas que hoy se conmemoran han sumado la sociedad en una desmovilización proclive a aceptar y permitir de manera sumisa todo lo que nos han dado y ofrecido los gobiernos que hemos tenido salvo algunas excepciones.

Los héroes y heroínas del 14 de junio han dejado un vacío en el escenario político, social e intelectual de nuestro país. La mayor expresión de dicho vacío es la ausencia de un liderazgo con la altura y la trascendencia de la heroica Raza Inmortal.

Los responsables de su aniquilamiento han contado con sustitutos cómplices quienes luego del exterminio de esa generación han dado continuidad a una política de Estado que se ha encargado de aniquilar la capacidad de construir sueños colectivos a las nuevas generaciones. Con una educación alienante y la difusión de una cultura acrítica vemos que la mayoría de nosotros hemos perdido el patriotismo y este país nos ha importado un bledo.

65 años después este pueblo tiene la obligación, tiene la deuda moral de mantenerse alerta, vigilante, atenta con las amenazas constantes, con esas manos que se manejan en las sombras con la intención de instaurar el trujillismo en la República Dominicana, para muestra los botones de los diferentes acontecimientos de estos tiempos, como fue, la aprobación de un partido político al nieto del sátrapa Rafael Leónidas Trujillo y la propuesta de un reconocimiento como persona destacada en el extranjero a otra nieta del mismo susodicho. Todo esto frente a nuestras narices, como un atropello y burla a toda esa generación que fue aniquilada y asesinada.

65 años después hemos tenido que ver de manera vergonzante y asqueaste como en pleno hemiciclo del Congreso Nacional, la llamada Casa de la Democracia tiene a unos “representantes” del pueblo que han tenido la desfachatez de en algunos momentos alabar al régimen trujillista en franca violación de la Ley 5880, la cual todavía se mantiene vigente en el sistema jurídico dominicano, aunque no la apliquen.

Pero con todo este desastre y derroche de olvido de la historia dominicana, con toda esta negación de los verdaderos héroes y heroínas que hemos estado padeciendo en los últimos tiempos, aquí estamos. Hay hombres y mujeres de esta y de todas las generaciones guardianes, guardianas, vigilantes, atentas para que nunca jamás se vuelva a repetir los horrores de aquella noche eterna de 31 años de barbarie y crímenes de nuestro pueblo.

Que viva por siempre la Gesta Histórica del 14 de junio y sus consecuencias fructíferas de la creación y formación del Movimiento del 14 de junio.  Sus ideales, sus principios es una de nuestras tantas asignaturas pendientes.

La autora es abogada y docente universitaria.

Fuente: La Información

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