San Salvador.- Nayib Bukele, de 42 años, asumió el sábado por segunda vez la presidencia de El Salvador, en un contexto donde controla la mayoría del Congreso salvadoreño y su popularidad sigue en ascenso.
En una ceremonia en el Congreso y ante la asistencia de varios líderes extranjeros, Bukele juró cumplir las leyes de la nación con su mano izquierda sobre la Biblia que sostenía su esposa Gabriela. Posteriormente, se le impuso la banda presidencial.
El presidente Bukele asumió su segundo mandato por cinco años más, tras arrasar en unas elecciones marcadas por la controversia debido a que la Constitución salvadoreña prohíbe la reelección inmediata. La investidura tuvo lugar en el Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador, donde se congregaron sus simpatizantes.
Entre los invitados especiales destacaron el rey de España, Felipe VI; el presidente de Argentina, Javier Milei; el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves; el presidente de Ecuador, Daniel Noboa; el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas; y un hijo del exmandatario estadounidense Donald Trump.
En su discurso, Bukele subrayó la histórica participación de delegaciones extranjeras en el evento. "Este Gobierno ha sido reconocido por el 100 % de los países del mundo", afirmó, refiriéndose a la aceptación internacional pese a la oposición interna.
Bukele describió el momento como "el más importante de nuestra historia reciente" y celebró la libertad que, según él, ha alcanzado el país bajo su liderazgo. Atribuyó los logros de su gobierno a la "gloria y sabiduría de Dios", destacando los avances en seguridad y la reducción significativa de la tasa de homicidios, que pasó de 38 por cada 100.000 habitantes en 2019 a 2,4 en 2023.
Sin embargo, su segundo mandato no está exento de críticas. La oposición lo acusa de asumir el cargo de forma inconstitucional, violando la prohibición de reelección presidencial continua establecida en la Carta Magna de El Salvador. A pesar de esto, Bukele sigue siendo considerado el presidente más popular de América Latina, según la ONG Latinobarómetro, tras llegar al poder en 2019 debilitando a los tradicionales partidos ARENA y FMLN.
