Los Pacers no se rinden
Juego 7 NBA. Tres palabras que electrifican cualquier corazón amante del baloncesto. Después de ocho largos años, las Finales de la NBA regresan a su máxima emoción: un séptimo partido. Los Indiana Pacers lo hicieron posible con una actuación contundente, arrasando 108-91 al Thunder de Oklahoma City.
Con su temporada pendiendo de un hilo, Indiana se levantó con fuerza. Obi Toppin lideró con 20 puntos, mientras Andrew Nembhard añadió 17 más. Y aunque Tyrese Haliburton jugó limitado por una lesión, su impacto fue clave.
La defensa fue intensa, el ritmo demoledor. Indiana pasó de un inicio lento a un vendaval ofensivo. En el último cuarto, el Thunder ya había bajado los brazos. Hasta sus titulares se sentaron mientras los Pacers festejaban un triunfo que sabe a gesta.
Una temporada improbable, un destino épico
Este equipo de Indiana ha sido pura resiliencia. Comenzaron la campaña perdiendo 15 de sus primeros 25 partidos. Pero nunca dejaron de creer. En los playoffs ya han remontado cinco juegos estando más de 15 puntos abajo. Y ahora, están a una victoria de tocar la gloria.
El coach Rick Carlisle lo dijo sin rodeos: “Es el partido definitivo”.
TJ McConnell volvió a brillar desde el banco con 12 puntos, nueve rebotes y seis asistencias. Pascal Siakam también se lució con un doble-doble (16 puntos, 13 rebotes).
Del lado del Thunder, Shai Gilgeous-Alexander lideró con 21 puntos, pero no fue suficiente. Oklahoma City deberá defender su casa este domingo. La historia dice que los locales ganan el Juego 7 15 de cada 19 veces. Pero en el último precedente, Cleveland venció a Golden State en su casa. Y eso lo cambia todo.
¿Y ahora?
Juego 7 NBA. El título está en juego. Todo se resume en 48 minutos. Indiana ha demostrado que puede desafiar cualquier pronóstico. El Thunder tiene el talento, pero los Pacers tienen el corazón.
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