Por: Dr. Miguel A. Montalvo Batista
Acabo de regresar junto a mi familia de pasar los días de asueto de Semana Santa en mi querido pueblo, San José de las Matas, y en lugar de volver con la inmensa alegría que siempre me produce estar allí, hoy regreso con pena, tristeza y frustración, luego de ver con mis propios ojos el estado en que se encuentran obras que, hace apenas siete u ocho años, fueron entregadas a la comunidad por un hijo de este pueblo que, estando en el poder, demostró con hechos que su tierra le dolía.
Estas obras fueron gestionadas ante el Gobierno Central con el propósito de impulsar el turismo y el desarrollo económico de las comunidades donde están (o estaban) ubicadas.
Para empezar, menciono la carretera que comunica a San José de las Matas con Santiago, la cual fue dejada completamente asfaltada y señalizada por las autoridades pasadas. Hoy se encuentra “intervenida” y abandonada desde hace más de un año en el tramo más peligroso, La Bozúa, sin que ninguna autoridad haya dado explicación sobre por qué fue dejada en ese estado.
Pero lo más penoso de esta realidad fue visitar el Parque Temático Arroyo Hondo junto a mis hijos y nietos, y encontrarlo cerrado, abandonado, arrabalizado y, en algunas partes, vandalizado. Este parque, junto con el Balneario La Ventana y el Parque Temático Aguas Calientes, fue entregado en condiciones impecables: funcional, atractivo y lleno de vida. Hoy todos comparten el mismo destino: el abandono. Los comunitarios vecinos lamentan profundamente haber perdido su principal fuente de ingresos, pues los visitantes que daban vida a la zona han dejado de llegar.
No sé a qué atribuir esta situación: si a la indiferencia de las autoridades gubernamentales, municipales, de la sociedad civil, de la comunidad en sentido general, o simplemente a lo que algunos llaman mezquindad política. Lo cierto es que, sea cual sea la causa, nuestro pueblo merece que le devuelvan la funcionalidad de esas obras que fueron concebidas para dar inicio a su desarrollo y que hoy están sumidas en el olvido.
Como aparentemente, en la actualidad, SAJOMA no tiene dolientes en las altas esferas del poder, debemos levantar la voz y exigir que quienes tienen la responsabilidad de atender nuestros problemas, nos escuchen y actúen. Este hermoso y tranquilo pueblo no merece ser tratado con tanta indiferencia y dejadez por parte de las autoridades competentes.
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