El 4 de abril de 1972, la historia dominicana vivió una de sus jornadas más trágicas. Tropas policiales del régimen de Joaquín Balaguer invadieron con violencia el campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Estudiantes, profesores y empleados fueron atacados sin piedad. Entre las víctimas estuvo Sagrario Díaz, una joven de apenas 25 años, herida de gravedad por un disparo en la cabeza.
Ese día, la policía alegó que buscaban al político izquierdista Tácito Perdomo Robles. Pero lo que ocurrió fue una agresión injustificada.
Sagrario agonizó durante 240 horas y 45 minutos con una bala alojada en su cerebro. Su resistencia fue tan dolorosa como heroica.

Una vida entregada a la lucha estudiantil
Sagrario Elcira Díaz nació el 25 de diciembre de 1946 en Barahona.
Cursó su educación primaria en su ciudad natal y finalizó el bachillerato en San Cristóbal.
Sus padres, Abelardo Díaz y María Santiago de Díaz, decidieron mudarse a Santo Domingo para apoyar sus estudios.
Ya en la UASD, Sagrario se destacó como dirigente del Frente Universitario Socialista Democrático (FUSD).
Cursaba el tercer año de Economía y representaba a sus compañeros en la Asamblea de su Facultad.
Además, dirigía el periódico estudiantil «Temas y Opiniones», donde escribía sobre temas universitarios.
El 14 de abril de 1972, tras diez días de lucha por su vida, falleció en la clínica Gómez Patiño.
Su sepelio fue una masiva manifestación de duelo y repudio al régimen.
Entre 50,000 y 100,000 personas acompañaron su cortejo hasta el Cementerio de la Máximo Gómez.
Sin justicia, pero con memoria viva
Aunque un oficial fue investigado por la tragedia, nunca fue responsabilizado por los hechos.
La muerte de Sagrario Díaz sigue impune, pero su legado se mantiene vivo entre generaciones de estudiantes.
Sagrario no solo representa a una víctima del abuso de poder.
Es símbolo de valentía, entrega y lucha por la libertad académica y la democracia.
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