Osvaldo Antonio Cepeda y Cepeda, quien pronto cumplirá 86 años, es una leyenda viva de la locución en la República Dominicana. Con una vida llena de logros y un intelecto excepcional, Cepeda ha dejado una huella imborrable en la historia de la comunicación del país, destacándose en múltiples disciplinas deportivas, la música, y la maestría en cinco idiomas. Sin embargo, es su inigualable destreza en la narración de desfiles militares, su vocación como locutor comercial, y su profunda devoción a la palabra lo que realmente lo define.
Nacido en Pimentel en 1938, Osvaldo mostró desde temprana edad una insaciable curiosidad y un talento innato para la palabra. A sus padres, ambos educadores, les sorprendió el hecho de que su primogénito, al nacer, no llorara, sino que emitiera un sonido similar a una palabra, lo que muchos en el pueblo interpretaron como «leche». Este peculiar comienzo fue un presagio del camino que recorrería Osvaldo, un camino donde la palabra sería su vehículo principal.
A lo largo de su vida, Osvaldo Cepeda y Cepeda ha demostrado una capacidad excepcional para aprender y destacarse. Su dominio de cinco idiomas —español, inglés, francés, italiano y chino— es testimonio de su incansable deseo de conocimiento. Además, su talento musical, desarrollado sin formación académica, y su habilidad para destacarse en deportes como la natación y el atletismo, lo distinguen como un hombre fuera de lo común.
La carrera de Osvaldo en la locución comenzó casi por accidente en su pueblo natal, cuando tuvo la oportunidad de leer un anuncio en una pequeña cabina de radio instalada en una farmacia. Desde entonces, su voz ha resonado en diversos ámbitos, desde la narración de novelas hasta la narración de desfiles militares, donde se ganó un lugar especial en el corazón del pueblo dominicano.
Cepeda también fue pionero en llevar la locución dominicana más allá de sus fronteras, narrando eventos deportivos y culturales en países como Francia, España, Italia y Brasil. Su capacidad para conectar con audiencias de diferentes culturas e idiomas lo convirtió en una figura internacional.
En 2021, el presidente Luis Abinader reconoció su dedicación y trayectoria, ascendiendo a Osvaldo Cepeda y Cepeda al rango de mayor general y otorgándole el retiro del servicio activo en la Fuerza Aérea Dominicana. Este honor es solo uno de los muchos que ha recibido a lo largo de su vida, incluyendo el reconocimiento de ser el único locutor en narrar la visita del papa Juan Pablo II a la República Dominicana.
Para Osvaldo Cepeda y Cepeda, la palabra ha sido siempre sagrada. «He hecho de la locución una religión y de las maestrías de ceremonias un sacerdocio», afirma, subrayando su compromiso de utilizar la palabra como un medio para crear, formar y orientar, sin causar daño. Su legado es un testimonio vivo de la fuerza y el poder de la palabra bien utilizada, un ejemplo para las nuevas generaciones de comunicadores.
[Nota Originalmente Publicada en Listín Diario]
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