La República Dominicana ha sido bendecida con una rica historia de líderes que han dejado una huella imborrable en la sociedad. Monseñor Roque Adames, nacido en Gurabo, Jánico, el 9 de noviembre de 1928, es un ejemplo notable de uno de esos líderes cuyo impacto trasciende su tiempo. En toda su vida, Monseñor Adames demostró ser un hijo de La Sierra, no solo por su lugar de nacimiento, sino por su profundo compromiso con esta región montañosa y su gente.
Roque Adames se destacó desde temprana edad por su intelecto agudo y su pasión por el conocimiento. Fue ordenado sacerdote en 1954 y se sumergió en los estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde obtuvo un doctorado en teología. Esta sólida formación intelectual se convirtió en la base de su legado como líder religioso y defensor de los derechos humanos y la conservación de la naturaleza.
Su nombramiento como obispo en 1966 marcó el comienzo de una prolífica carrera en la Iglesia Católica. Durante casi tres décadas, Monseñor Adames sirvió como obispo de Santiago de los Caballeros, una diócesis de gran relevancia en la República Dominicana. A lo largo de su tiempo en este cargo, demostró ser un líder visionario con una profunda conexión con su tierra natal, La Sierra.
Uno de los logros más destacados de Monseñor Adames fue la fundación del Plan Sierra, un programa de desarrollo sostenible diseñado para la región conocida como La Sierra en la Cordillera Central. Este proyecto, fruto de una visita pastoral que realizó a San José de Las Matas en 1967, buscaba promover la conservación de los recursos naturales y el uso racional de los mismos. El Plan Sierra se convirtió en un faro de esperanza para las comunidades locales, brindando un enfoque equilibrado entre el progreso económico y la preservación del medio ambiente.
Además de su trabajo en la conservación de la naturaleza, Monseñor Adames emprendió numerosas iniciativas que abarcaban áreas sociales, culturales y educativas. Fundó el Semanario "Camino" en 1979, un periódico católico nacional que promovía el diálogo sobre temas religiosos, sociales y políticos. También fundó el Instituto Catequístico San Carlos Borromeo, un testimonio de su compromiso con la educación religiosa de calidad.
La Plaza de la Cultura de Santiago es otro logro notable en la carrera de Monseñor Adames. Esta instalación cultural no solo enriqueció la vida de la comunidad, sino que también subrayó su interés en la promoción de las artes y la cultura en la región.
Su legado se extiende más allá de la esfera religiosa. Monseñor Adames se destacó como defensor de los derechos humanos y se pronunció sobre temas considerados polémicos dentro de la Iglesia Católica. Además, acompañó el diseño de los estatutos de la Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), contribuyendo a la educación superior en la República Dominicana.
Su compromiso con la educación también se manifestó a través de su docencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Monseñor Adames compartió su vasto conocimiento y experiencia con las generaciones futuras, influenciando positivamente a quienes tuvieron el privilegio de ser sus alumnos.
El 1 de noviembre de 2009, la República Dominicana perdió a un gran líder cuando Monseñor Roque Adames falleció en Santiago de los Caballeros. Su legado perdura en las obras que fundó y en la inspiración que sigue proporcionando a quienes lo conocieron y a las generaciones venideras.
Ojalá que las instituciones fundadas por Monseñor Adames se encaminen hacia el servicio a la comunidad y la nación en general, en línea con su visión original. Es imperativo que estas instituciones no se desvíen de su propósito y no sean utilizadas para satisfacer intereses personales u obtener favores políticos.
Monseñor Roque Adames fue un verdadero un hijo de La Sierra, un líder visionario que dejó un legado de esperanza a La Sierra y al país. Su dedicación a la conservación de la naturaleza, la educación, la cultura y los derechos humanos sigue siendo un faro de inspiración y un recordatorio constante de la capacidad de un individuo para cambiar el mundo y enriquecer la vida de su comunidad.
