Las Grandes Ligas vuelven a poner sobre la mesa el debate por un nuevo estadio en el país. Y lo hacen con un gesto directo: enviar a los Tigres de Detroit a Santo Domingo para disputar dos juegos de fogueo con la selección dominicana que irá al Clásico Mundial 2026.
Una señal de confianza que llega en un momento crucial para el béisbol dominicano… y para la discusión sobre un nuevo estadio.
Un anuncio que mueve fichas
El comisionado Rob Manfred confirmó que los partidos se jugarán el 3 y 4 de marzo, en el Estadio Quisqueya Juan Marichal.
El anuncio se realizó durante las Reuniones de Invierno de MLB en Orlando, en un encuentro con Nelson Cruz, Albert Pujols, el ministro de Deportes Kelvin Cruz y el presidente de la Federación, Juan Núñez.
La noticia cayó como un llamado de atención. Una invitación a demostrar que el país está listo para un parque moderno, seguro y adecuado al nivel de sus jugadores, muchos de ellos estrellas globales.
Un reto para la fanaticada
El desafío es claro. La asistencia masiva suele ser irregular en eventos deportivos, mientras conciertos y espectáculos llenan recintos sin dificultad.
Pero marzo traerá una oportunidad única: ver en casa a figuras como Juan Soto, Vladimir Guerrero Jr., Fernando Tatis Jr., Manny Machado, José Ramírez, Julio Rodríguez y otros aún por confirmar.
Llenar el Quisqueya esos dos días enviaría un mensaje firme al Gobierno, al sector privado y a la comisión encargada de evaluar si se construye un nuevo estadio o se rehabilita el actual.
Un mensaje de identidad. De orgullo. De que este país beisbolero está listo para una casa a la altura de su historia.
La visita de Detroit no es solo un par de juegos. Es una prueba. Un golpe de efecto. Y la oportunidad de demostrarlo está a la vuelta de la esquina.
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