Los dominicanos brillan nuevamente en las Grandes Ligas, con actuaciones que mezclan poder, consistencia y sangre fría. Desde el plato hasta el montículo, dejaron claro que su impacto va más allá de las estadísticas.
En Detroit, Wenceel Pérez se robó el show con una noche redonda: jonrón, tres empujadas y dos anotadas. Su bate habló con fuerza, elevando su promedio a .296 y quedando a un suspiro de la mágica cifra de 1.000 en OPS.
Por su parte, Jeremy Peña sigue demostrando que es el corazón defensivo y ofensivo de los Astros. Bateó de 5-2 con una remolcada y dos anotadas. Su consistencia es tan firme como su guante en el campocorto.
Junior Caminero, el joven talento de Tampa Bay, volvió a hacer ruido. Su jonrón número 19 lo reafirma como una de las promesas más sólidas del power dominicano. Mientras tanto, Willy Adames también se voló la cerca, dejando claro que su temporada aún tiene fuego.
Otros que sumaron con calidad fueron Ramón Laureano, quien se fue de 4-2 sin ponches, y José Ramírez, que sigue siendo el referente ofensivo en Cleveland. Rafael Devers también puso su granito de arena con hit y anotada, y Amed Rosario respondió desde la banca con un hit oportuno.
Desde la lomita: brazo dominicano al poder
En la loma también hubo nombres para destacar. Sandy Alcántara, a pesar de sus altibajos esta campaña, se alzó con su cuarta victoria al lanzar seis entradas con control y temple. Mientras tanto, los relevistas Emmanuel Clase y Ronny Henríquez sumaron salvamentos con autoridad.
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