El caso de Kilmar Ábrego enfrenta decisiones políticas y reclamos de justicia
En una cumbre marcada por la sintonía entre ambos líderes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, coincidieron este lunes en descartar la repatriación de Kilmar Ábrego García, el migrante deportado por error a la megacárcel Cecot, donde permanece encerrado a pesar de tener una orden judicial que lo protegía.
El polémico caso de Ábrego —deportado por error tras ser acusado de lazos con pandillas sin tener antecedentes penales— se abordó en la Casa Blanca durante el primer encuentro oficial del segundo mandato de Trump con un presidente latinoamericano. A pesar de que el Tribunal Supremo de EE.UU. ordenó su retorno, ambos gobiernos rechazaron facilitarlo.
Negativa tajante y acusaciones sin pruebas
Consultado por la prensa en el Despacho Oval, Bukele fue contundente: “¿Cómo voy a enviar de contrabando a un terrorista a Estados Unidos?”, dijo, aunque reconoció que sí podría ordenar su liberación. “Pero no nos gusta liberar terroristas en nuestro país”, añadió, reafirmando que su administración ha convertido a El Salvador en “el país más seguro del continente”.
Por su parte, la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, afirmó que se podría enviar un avión para el retorno del migrante si El Salvador accediera. No obstante, volvió a acusar a Ábrego de pertenecer a la MS-13, sin presentar evidencia clara.
El asesor de Trump, Stephen Miller, justificó la decisión al indicar que Ábrego es ciudadano salvadoreño y que sería “arrogante” exigir su entrega. Mientras tanto, su esposa, Jennifer Vásquez, ha defendido públicamente la inocencia de su marido y responsabilizó a ambos mandatarios por la situación.
Más cárceles y nuevas propuestas de Trump
Durante la misma reunión, Trump agradeció a Bukele por su cooperación en materia de seguridad y propuso ir aún más lejos: utilizar el Cecot para encarcelar a ciudadanos estadounidenses acusados de delitos. “No sé cuáles son las leyes, pero también tenemos criminales locales que podríamos sacar del país”, bromeó. Incluso sugirió que Bukele “va a tener que construir cinco cárceles más”.
Pese a las denuncias de organizaciones de derechos humanos por las condiciones del Cecot y la aplicación del estado de excepción, Trump elogió el modelo de Bukele, asegurando que mantiene “la mejor relación” con él y alabando su juventud: “Me impresionó cuando lo conocí. Parecía un adolescente”.
Mientras tanto, Kilmar Ábrego sigue encerrado, sin condena, sin juicio, y ahora sin esperanza de volver, al menos por voluntad de quienes deciden su destino desde los escritorios del poder.
Con Información de HuffPost
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