La confusión en el estadio Dodger Stadium desvió el foco del béisbol a un tema mucho más sensible: inmigración, protestas y rumores sobre una redada de ICE. Todo comenzó cuando la cuenta oficial de los Dodgers afirmó que agentes de inmigración intentaron acceder al parqueo del estadio el jueves por la mañana. El equipo celebró públicamente haberles negado la entrada.
Pero el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) se encargó rápidamente de desmentirlo. Según la agencia, no hubo ninguna operación ni redada en el lugar. Explicaron que vehículos de la Patrulla Fronteriza estuvieron en la zona brevemente, pero por motivos no relacionados a acciones de control migratorio.
La confusión en el estadio generó ruido en redes y en los medios. Un oficial de ICE confirmó al New York Post que no existía ningún operativo planificado. El estacionamiento fue usado como punto de reunión logística, sin intención de ejecutar arrestos.
Una ciudad en alerta y un equipo en el ojo del huracán
Los Dodgers, que han estado bajo presión de su comunidad por adoptar una postura clara frente a las redadas migratorias, se encontraron en el centro de un torbellino político y mediático. La tensión aumentó cuando la cantante Nezza interpretó el himno de EE.UU. en español, a pesar de que le pidieron que lo hiciera en inglés. El gesto, simbólico y emotivo, le valió amenazas en redes.
Y en medio de todo esto, la promesa del gobierno de retomar redadas en lugares de trabajo volvió a poner en alerta a comunidades inmigrantes, especialmente en ciudades como Los Ángeles.
Aunque la supuesta redada fue desmentida, el episodio dejó claro que el estadio más famoso de California no está exento de los temas más candentes del país.
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