Este sábado se reactivaron las conversaciones de alto nivel entre China y Estados Unidos en Ginebra, Suiza, en un contexto marcado por una intensa guerra comercial. Los encargados del diálogo son el viceprimer ministro chino, He Lifeng, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.
Estas negociaciones ocurren poco después de que el presidente Donald Trump sugiriera una posible reducción de los aranceles sobre los productos chinos, aunque mantuvo un tono provocador. “¡Un arancel del 80 % a China parece correcto! Depende de Scott B”, escribió Trump en su red Truth Social.
Posibles reducciones de tarifas y críticas al modelo económico chino
Según el New York Post, funcionarios estadounidenses evalúan reducir los aranceles a un rango de entre 50 % y 54 %, lo que podría suavizar las tensiones comerciales. Sin embargo, aún no hay confirmaciones oficiales.
Por otro lado, medios como el Global Times calificaron de «responsable» la decisión de China de asistir a este diálogo, enfatizando la importancia de la comunicación en medio de la inestabilidad económica global.
Bessent ha sido crítico con el modelo económico chino, centrado en la manufactura y la exportación. “China necesita un reequilibrio. Si se mantiene el statu quo, aumentarán los desequilibrios con sus socios”, declaró recientemente.
Un camino lleno de obstáculos
Desde principios de abril, Trump ha endurecido su retórica comercial, imponiendo aranceles de hasta 145 % a productos chinos, a lo que Pekín respondió con tarifas del 125 % sobre productos estadounidenses.
Aunque hay señales de disposición al diálogo, las diferencias estructurales entre ambas economías y las posturas políticas firmes dificultan una solución rápida.
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