El efecto Yankees volvió a encender la chispa de Vladimir Guerrero Jr. Hasta hace poco, el toletero dominicano era señalado por su falta de impacto en octubre. Seis partidos de postemporada sin brillo, sin esa fuerza que lo caracteriza. Pero bastó que aparecieran los Yankees de Nueva York para que su historia cambiara por completo.
El despertar del gigante
Desde el inicio de la Serie Divisional, Guerrero Jr. parece otro jugador. Su madero volvió a hablar con autoridad, impulsando a los Azulejos de Toronto a un inicio demoledor frente a su rival más emblemático.
En los dos primeros juegos, el dominicano se fue de 9-6, con tres carreras anotadas, seis empujadas y ningún ponche, demostrando que cuando ve el uniforme rayado, se activa algo más que talento: orgullo y revancha.
Durante la temporada regular de 2025, ya había dado señales de dominio total ante los Yankees: promedio de .373, OPS de 1.008, nueve carreras anotadas y dos jonrones. Una pesadilla constante para el pitcheo neoyorquino.
El enemigo perfecto
Guerrero Jr. no esconde que enfrenta a los Yankees con un fuego especial. Sus números lo confirman: más de 100 partidos, 22 jonrones y 74 empujadas ante ellos en su carrera. Cada duelo parece personal.
Toronto, impulsado por esa energía, está a las puertas de una Serie de Campeonato que parecía lejana. El dominicano ha pasado de “bate frío” a símbolo de poder, y todo gracias al efecto Yankees.
Hoy, su ofensiva no solo impulsa carreras, también impulsa una narrativa: la del jugador que necesitaba un enemigo para recordar quién era.
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