Lincoln López
El título corresponde a uno de los últimos ensayos del reconocido filósofo y escritor italiano Umberto Eco (1932-2016). El mismo está incluido en su libro “De la estupidez a la locura. Como vivir en un mundo sin rumbo”, volumen que recopila todos sus escritos para la prensa, y publicado póstumamente; aunque todo su contenido había sido seleccionado por él mismo.
Galardonado por treinta y ocho universidades como Doctor Honoris Causa, además, del Premio Príncipe de Asturias, el pensador parafraseaba la famosa expresión del filósofo, matemático francés y Padre del Racionalismo Moderno, René Descartes: “Cogito ergo sum” (“Pienso, por lo tanto soy”).
“Tuiteo, luego existo” es una formulación que permite sintetizar los contenidos fundamentales de una nueva época dominada por las imágenes, las redes y la Internet. Se trata de un diagnóstico de la sociedad actual. A Umberto Eco esta condición le produce un cierto escepticismo transido de desconfianza o pesimismo por el derrotero que lleva la humanidad, descabezándose con estas nuevas tecnologías.
Umberto Eco pretendía en ¨Tuiteo, luego existo¨, englobar toda una plataforma compuesta por Facebook, Twitter, Linkedin…utilizada con exceso y sin criterios, afectando así la capacidad de razonamiento del ser humano. La adicción que las redes provocan tiene como consecuencia la pérdida de la privacidad y la confusión entre lo personal y lo profesional.
Apunta en dicho ensayo el también autor de la novela “En nombre de la rosa” que “Twitter es como el bar Sport de cualquier suburbio. Habla el tonto del pueblo, el pequeño terrateniente que cree que le persigue Hacienda. El médico amargado porque no le han dado la cátedra de anatomía comparada en la gran universidad, el camionero que habla de prostitutas fabulosas.
Sin embargo, todo se acaba aquí, las charlas de bar nunca han cambiado la política internacional…de modo que el cielo de Internet lo surcan opiniones irrelevantes”. En cambio, reconocía que hombres importantes de la vida pública mundial utilizan la Web, aunque afirmaba no entender el por qué lo hacían.
“Ciertamente las redes sociales tienen sus inconvenientes” expresaba el reconocido pensador, “pero también tienen sus ventajas, porque disponemos actualmente como nunca antes del acceso a bibliotecas virtuales imposibles otrora de consultar, al arte y la cultura, la geografía local y general, la comunicación instantánea y la rapidez en obtener la información en un gran avance de esta tecnología, a tal punto que el mundo “se ha convertido en una Aldea Global”.
El reto es de qué manera debemos enfrentar esa masificación sin límites impuestas por estas sociedades de la informática, el populismo y el consumismo, alienando la capacidad potencial del ser humano hasta esclavizarlo.
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