SANTIAGO, R.D. — En un contexto donde la inseguridad toca a millones de hogares y el crimen organizado se ha convertido en una amenaza silenciosa pero constante, los ministros de seguridad pública del continente se reunieron en Santiago con un solo mensaje: la reforma policial no puede esperar.
La VIII Reunión de Ministros de Seguridad Pública de las Américas (MISPA) —organizada por la OEA— se convirtió este miércoles en un foro de alto nivel para debatir los grandes desafíos regionales, con la reforma policial y la ciberseguridad como ejes clave.
Desde el Centro de Convenciones de UTESA, la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, aseguró que la República Dominicana está lista para liderar el cambio. Dijo que este espacio no solo es una cumbre de discursos, sino una verdadera oportunidad para renovar compromisos y avanzar en una agenda compartida de seguridad ciudadana.
El crimen no duerme
El presidente Luis Abinader, quien encabezó la apertura del evento, dejó claro que su gobierno ha asumido la seguridad como una responsabilidad diaria. “El crimen no duerme”, sentenció. Reveló que cada lunes supervisa personalmente el mapa de criminalidad, junto al alto mando policial y los organismos de inteligencia.
Y aunque el país cerró el 2024 con una de las tasas de homicidios más bajas de su historia (9.6 por cada 100,000 habitantes), el mandatario advirtió que no se puede bajar la guardia. “A pesar de estos logros, seguimos vigilantes”, afirmó.
La gran noticia vino con un anuncio: el 16 de agosto será depositado ante el Congreso el proyecto de Reforma Policial, la base legal para transformar de raíz la Policía Nacional. “No podemos esperar más”, afirmó Abinader.
Un problema común, una solución compartida
El secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Iván Marques, fue claro: el crimen organizado se ha duplicado en la región y más de la mitad de la población se siente insegura. Por eso, pidió trabajar de forma conjunta. “Necesitamos una visión hemisférica. La reforma policial es un tema urgente y estratégico”, dijo.
Tres de cada diez hogares han sido víctimas de algún delito en el último año. La sensación de miedo y desprotección no solo mina la calidad de vida, también frena el desarrollo económico.
Ahora, más que nunca, se necesita cooperación, voluntad política y liderazgo. América exige acciones. La reforma policial es el punto de partida.
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