Santiago.- En un Día Mundial del Medio Ambiente marcado por la preocupación y la urgencia, la Fundación Ecológica Tropical (FUNDETROP) presentó su informe 2025 bajo el título “Entre la vida y la muerte, la isla grita”, una radiografía contundente del deterioro ambiental en República Dominicana.
El documento, liderado por el politólogo y economista Nelson Reyes Estrella, denuncia que la minería, la deforestación y la falta de voluntad política están empujando al país hacia un punto sin retorno en términos ecológicos, sociales y sanitarios.
“El verdadero desarrollo solo es posible si se garantiza la sostenibilidad del entorno natural”, sostiene el informe.
Minería: la principal amenaza
El informe acusa a proyectos como los de Barrick Gold en Sánchez Ramírez y GoldQuest en San Juan de contaminar fuentes de agua, afectar suelos agrícolas y desplazar comunidades. En San Juan, la posible operación del proyecto Romero ha generado un rechazo masivo por su impacto en zonas productoras de alimentos y agua.
Áreas protegidas bajo ataque
Entre 2019 y 2024, áreas protegidas como Valle Nuevo, Cotubanamá, Montecristi, Los Haitises y las Dunas de Baní han sido violadas de forma sistemática. La fundación acusa al propio Estado de permitir estas acciones o, en muchos casos, ser cómplice directo.
La carretera Cibao-Sur también es señalada como una amenaza grave, al atravesar parques nacionales claves pese al rechazo técnico del propio Ministerio de Medio Ambiente.
Los principales afluentes del país están en crisis. El Yuna, el Ozama, el Artibonito y los Yaques enfrentan saqueo de materiales, contaminación industrial y agroquímica, y deforestación masiva.
“El Ozama es hoy un vertedero a cielo abierto”, reza el documento.
Plásticos, sargazo y agua privatizada
Además, FUNDETROP alerta sobre la crisis por residuos plásticos, el impacto del sargazo en el turismo y el peligro que representa cualquier intento legislativo de privatizar el agua.
La fundación exige rechazar megaproyectos, rescatar fuentes hídricas, proteger áreas naturales, y aprobar leyes claves como la de Loma Miranda, la Ley de Agua y la que tipifica el ecocidio.
Finalmente, hace un llamado a la unidad ciudadana para frenar esta crisis:
“Sin una presión organizada del pueblo, no habrá justicia ecológica. Es hora de despertar.”
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