Un golpe a la comunidad inmigrante
El impuesto a remesas que se discute en el Congreso de Estados Unidos ha encendido las alarmas. La propuesta, impulsada por el expresidente Donald Trump, busca aplicar un 5 % a cada envío de dinero desde EE. UU. al exterior. Para millones de familias, eso es más que un número: es comida, techo y educación.
El congresista Adriano Espaillat, de origen dominicano y actual presidente del Caucus Hispano del Congreso (CHC), se levantó junto a más de 25 colegas demócratas para rechazar esta medida. En una carta dirigida al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, pidieron eliminar el impuesto del plan fiscal que se debate esta semana.
“Es moralmente indefendible”
Espaillat no se guardó palabras. “Fiscalizar las remesas – ayudas que apoyan la alimentación, albergue y educación – es discriminatorio, económicamente peligroso y moralmente indefendible”, aseguró. Para él, esta medida no solo afectaría a países como República Dominicana, México, El Salvador, Honduras y Haití, sino también a los valores fundamentales de Estados Unidos.
Los datos son contundentes: más de 93 mil millones de dólares se envían cada año desde EE. UU. a América Latina. Solo en algunos países, como República Dominicana, las remesas representan hasta el 30 % del ingreso nacional.
“Es un ataque directo a las familias inmigrantes”, denunció Espaillat, al reiterar su llamado a frenar esta política. Desde el CHC consideran que esta medida sentaría un precedente muy peligroso en una nación construida sobre el trabajo y los sueños de los migrantes.
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