Canelo Álvarez volvió a salir del ring con la mano en alto. Venció al cubano William Scull por decisión unánime, defendió todos sus títulos y sumó otra victoria a su legado. Pero esta vez, no hubo aplausos ni emoción. Solo críticas, decepción y una pregunta flotando en el ambiente: ¿valió la pena quedarse despierto para ver esto?
Lo que muchos esperaban como una gran noche de boxeo terminó siendo una siesta de 12 asaltos. Los jueces vieron ganador al mexicano (115-113, 116-112 y 119-100), pero el público solo vio dos hombres caminando en círculos. Sin golpes, sin pasión, sin alma. La peor pelea del boxeo en años, según miles de fanáticos en redes sociales.
Un video que se volvió viral mostró a Canelo y Scull mirándose, sin lanzar un solo golpe durante más de 20 segundos. “Esto no fue boxeo, fue una caminata organizada”, escribió un usuario. Otro fue más duro: “Canelo escoge rivales sin hambre, y se nota”.
“No me gusta pelear así”
Incluso el propio Canelo terminó molesto. Desde el ring, soltó una frase cargada de frustración: “No me gusta pelear con este tipo de boxeadores. Él vino a sobrevivir, no a pelear”. El mexicano quiso encender la pelea, pero Scull apostó por una estrategia defensiva que apagó todo.
Sí, Álvarez sigue siendo el rey indiscutible de las 168 libras. Pero esta vez, su corona no brilló. El boxeo, ese deporte que se siente en el pecho, que acelera el corazón y levanta al público, quedó en deuda.
Ahora, los ojos están puestos en lo que viene: un posible combate en septiembre ante Terence “Bud” Crawford. Un rival de verdad. Un peleador con hambre, técnica y valentía. “Es uno de los mejores. Me gusta compartir el ring con gente así”, dijo Canelo, como pidiendo perdón por la noche anterior.
Será entonces, quizás, cuando el boxeo vuelva a ser lo que amamos: emoción, coraje, fuego.
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