“La única forma de regenerar el mundo es que cada uno cumpla con el deber que le corresponda” Charles Kingsley.
Por: Frank Espino
Muchos de los que tienen mi edad, recuerdan una serie de televisión de los años 60-70’s que tenía el nombre de “Perdidos en el Espacio” que luego dio origen a una cinta cinematográfica en el cine. Una nave que se perdió de las coordenadas espaciales, y comenzó a tener una serie de contactos y vicisitudes con “seres de otras galaxias” etc. Bueno, el objetivo de este artículo no es hablar de naves ni extraterrestres, de lo que solo sabemos por los videos de la NASA.
Nos referimos precisamente a nuestro país. Hace unos años (23-2-2015) un grupo de notables de la cúpula empresarial de República Dominicana, hizo público un documento y lo entregó personalmente al presidente de turno en ese entonces, Danilo Medina, en el Palacio Nacional. ¿Y qué solicitaban estos empresarios? ¡Pedir orden en el transporte de carga y de pasajeros! ¡Esto parece una paradoja! Nos gastamos en vehículos de lujo, más que cualquiera de los países regionales. Tenemos todas las marcas y modelos. Nos faltan parqueos. Hasta los más humildes tienen sus medios de transporte, y eso está bien. Sin embargo, no tenemos leyes modernas de ordenamiento ni circulación vehicular en todo el territorio nacional, en un país que solo tiene 10 millones de habitantes repartidos en más de 30 provincias.
Esto mismo sucede con la salud. Tenemos leyes. Tenemos profesionales excelentes del área médica. Escuelas de medicina por todos lados. Estudiantes de medicina por montón. Estructuras hospitalarias públicas y privadas que superan las de otros países. Sin embargo, todos los días escuchamos quejas de usuarios, profesionales, de la falta de material, mala paga, mala calidad asistencial a los cientos de dominicanos que no pueden tener una salud de calidad. ¡Otra paradoja! No ha habido un avance significativo a pesar de todos estos elementos ya citados.
Tenemos excelentes universidades, ansias de conocimientos, estudiantes con deseos de una licenciatura o doctorado. Pero encontramos en las bases unos profesores que son mal pagados, descuidados por el Estado, falta de aulas y centros escolares de calidad. ¡Estamos estáticos!
Haga un ejercicio mental. Y se dará cuenta que tenemos la cantidad de plantas eléctricas para suplir adecuadamente la energía hasta los lugares más recónditos, sin embargo ¿Se ha solucionado el problema de la luz? ¡Nunca!
¡En cuanto a la Justicia es peor! Cientos de leyes. Abogados en exceso. Fiscales. Jueces preparados y con maestrías. Escuelas de derecho “en cada esquina” y nuestra justicia es arcaica, atrasada y cada vez más injusta.
Tenemos ejército. Policías. Cuerpos especiales investigativos, pero la desgracia del crimen, las muertes, los asaltos se hacen más y más evidentes.
Los que se han perdido en un bosque, o han zozobrado en el mar, describen esta tragedia como desesperante. Dan vueltas y vueltas en el mismo lugar.
Figuremos entonces que nuestro hermoso país es la nave “Enterprise”, y estamos dando vueltas, subiendo y bajando de aquí para allá y allá para acá. Sencillamente: ¡Estamos perdidos en el espacio!
El autor es médico, escritor y profesor universitario.
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