El 30 de Mayo el pueblo dominicano celebra el Día de la Libertad, con motivo del ajusticiamiento del tirano Trujillo, quien encabezó un régimen dictatorial por unos 31 años, donde se suprimió la libertad y el derecho a la vida, al tiempo de convertir la ley en una norma fáctica para construir un orden político y una autoridad fundamentados en el modelo de la “dominación personal”.
Contribuyeron al establecimiento de ese régimen la injerencia americana y la vigencia de un orden social basado en las relaciones primarias que facilitaron la formación de una personalidad social autoritaria, que todavía hoy predomina por sobre un orden social racional y formal para guiar las relaciones humanas.
Al término del dominio autoritario de Trujillo la sociedad dominicana era guida por las relaciones primarias y afectivas, para canalizar la consecución de los fines y logros personales. Por eso la gran dificultad que experimenta la sociedad dominicana para consolidar la institucionalidad democrática en muchos órdenes de la vida social, públicos y privados.
Por esas razones el comportamiento de la mayoría de la gente prefiere canalizar sus propósitos y fines a través de los contactos primarios y personales, en vez de recurrir al esquema racional y formal que expresa el espíritu de las leyes. De ahí la existencia del patrón conductual que reza así: “La ley es el camino por donde no se debe transitar”. El desprecio a la ley y a un Estado impersonal son consecuencias de una libertad mal entendida por haber sido un instrumento de una autoridad arbitraria e irracional.
Por eso también, a la muerte de Trujillo, la nación inició una fase de desarrollo caótica que condujo a un período de inestabilidad que se comenzó a estabilizar con la imposición del dominio que encabezara el Dr. Balaguer, y que impusieran los americanos, luego de su invasión ocurrida en 1965, recuperándose un orden político con mayor nivel de estabilidad.
Al término del régimen de los 12 años de Balaguer, se inició una fase de mayor apertura dando paso a una mayor institucionalidad democrática, que es la que hoy disfrutan los dominicanos, pese a los vestigios que aún prevalecen de la larga historia del autoritarismo primario y personal.
Los avances de la institucionalidad democrática, pese a sus limitaciones, han permitido la emergencia de una mayor democracia, estable y confiable, que estimula el desarrollo de la economía y la transformación de la sociedad, por lo que la República Dominicana es señalada como un ejemplo de una democracia estable del Caribe y la región.
¡Loor, pues, a los héroes del 30 de mayo!
Fuente: La Información
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