La jornada del martes en las Grandes Ligas fue otra prueba del impacto de los dominicanos destacados en el mejor béisbol del mundo. Desde la caja de bateo hasta el montículo, nuestros representantes se robaron los aplausos.
Christopher Morel encendió su poder con su séptimo cuadrangular de la campaña, aunque su equipo, los Rays, cayó 4-3 ante los Atléticos. Su bate sigue dando señales de peligro.
Willy Adames, con su décimo jonrón, dio la cara por los Giants pese a la derrota 8-2 ante los Dbacks. Mientras tanto, Geraldo Perdomo aportó con dos hits y una carrera impulsada para Arizona.
Gary Sánchez, con su potente swing, disparó su quinto vuelacercas del año y empujó dos en la caída de los Orioles ante Texas. Su producción ofensiva vuelve a ser clave.
En Los Ángeles, Teoscar Hernández sumó dos imparables, una anotada y una empujada en la sólida victoria de los Dodgers frente a los White Sox.
Pero fue desde la lomita donde el dominio dominicano se impuso con más fuerza:
Edward Cabrera brilló con luz propia en Miami. El derecho lanzó 7 entradas en blanco, solo permitió 2 hits, recetó 6 ponches y se llevó su tercera victoria de la temporada (3-2, 3.41 ERA).
Y el relevo lo completó Ronny Henríquez con un inning perfecto, incluyendo dos ponches, para su cuarto salvamento del año.
En Nueva York, Jasson Domínguez empujó tres carreras para los Yankees en un esfuerzo que no fue suficiente ante los Azulejos. Y cerrando la jornada, Carlos Estévez sumó otro salvamento (su número 23), sin permitir libertades, bajando su efectividad a un brillante 2.02.
Una vez más, los dominicanos destacados se hacen sentir en cada rincón del diamante. Desde el poder ofensivo hasta la excelencia en el montículo, la huella quisqueyana sigue marcando diferencia.
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