Una decisión de vida y futuro
Dar a luz en Estados Unidos se ha convertido en un paso vital para miles de mujeres dominicanas. Entre 2016 y 2023, los hospitales estadounidenses registraron 33,575 partos de mujeres dominicanas, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Esa cifra coloca a las dominicanas en el cuarto lugar entre las latinas que más hijos han tenido en suelo estadounidense en ese período.
La frase Dominicanas dan a luz no es solo una estadística. Es una realidad que se repite año tras año en salas de parto de ciudades como Nueva York, Nueva Jersey y Massachusetts, donde la presencia dominicana ha echado raíces. Solo en la región noreste del país, los nacimientos de madres dominicanas ocupan el segundo lugar entre los grupos de origen extranjero.
La mayoría de estas mujeres, como Marisol (nombre cambiado para proteger su identidad), ven en el nacimiento de un hijo en EE. UU. una forma de abrir una puerta hacia un mejor futuro.
«Yo no pensé en mí. Pensé en la niña. En que tendría oportunidades, estudios, una vida mejor», cuenta Marisol, quien llegó embarazada en 2007. Hoy, 17 años después, su hija se prepara para ir a la universidad en Estados Unidos.
Más allá de los números
Las dominicanas dan a luz en Estados Unidos buscando estabilidad y protección. Pero también enfrentan un clima político tenso. El expresidente Donald Trump ha intentado eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento, lo que genera incertidumbre y miedo en comunidades como la dominicana.
La abogada Marlena de los Santos explica que derogar ese derecho sería un golpe devastador: «Generaría un limbo legal, niños sin nacionalidad, sin beneficios ni protección. Sería un retroceso para los derechos humanos».
Actualmente, este derecho está protegido por la 14ª Enmienda de la Constitución. Sin embargo, el debate ha llegado hasta la Corte Suprema, donde se discute si el Gobierno puede limitar su aplicación.
Marisol, como muchas otras madres, no busca ayuda del Estado. Solo espera que la decisión que tomó hace casi dos décadas siga siendo válida: «Mi hija nació aquí. Ella es ciudadana. Lo hice pensando en su futuro».
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