El cacao dominicano fue protagonista del acto anual de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), que destacó el poder transformador de los emprendedores latinoamericanos. Esta vez, la mirada se posó sobre mujeres como Ana Rodríguez, una agricultora de Yamasá que ha convertido la adversidad en motor de progreso para su comunidad.
Con el cacao como eje central del evento, la Fundación subrayó cómo este fruto ancestral genera empleo para más de 200,000 personas en República Dominicana, Colombia y Panamá. En la isla, Ana y su cooperativa son prueba de que el cacao dominicano no solo es economía, sino también resiliencia y empoderamiento.
De la devastación al emprendimiento
Tras el paso del huracán George en 1998, Ana y otras mujeres de su comunidad decidieron unirse para reactivar la producción de cacao en Yamasá. “El dinero no llegaba a la casa y la economía de la zona dependía de esas plantaciones destrozadas”, contó Rodríguez durante su intervención.
Ana Rodríguez lidera una cooperativa femenina en Yamasá que transforma el cacao orgánico en oportunidades.
Hoy, su cooperativa elabora artesanalmente mermeladas, licores y otros productos derivados del cacao. Además, han creado una experiencia turística en torno al proceso del cacao, desde la siembra hasta la elaboración final.
Gracias al apoyo de Banco Adopem, filial de FMBBVA, han recibido formación en redes sociales, educación financiera y venta online, lo que ha impulsado su crecimiento. “Trabajen con pasión y no subestimen el poder de la unión. Unidos somos más fuertes”, afirma Ana.
S.M. la Reina Letizia también elogió esta labor, recordando que las mipymes generan el 70% del empleo global. La FMBBVA ya ha apoyado a más de 3 millones de personas en situación de vulnerabilidad.
Con iniciativas como esta, el cacao deja de ser solo un cultivo: se convierte en una herramienta de cambio social y esperanza.
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