Un adiós difícil, un destino claro
La historia de Al Horford Warriors parecía escrita desde antes de concretarse. Tras siete de las últimas nueve temporadas en Boston y un anillo en 2024, el dominicano vivió uno de los veranos más extraños de su carrera.
El veterano de 18 campañas en la NBA confesó que nunca pensó en retirarse, pero sí entendió que, si tenía que dejar Boston, el único lugar donde podía encajar era Golden State. “Es una gran oportunidad para competir y ganar a un alto nivel”, dijo en su presentación en el Chase Center, con una sonrisa que dejaba ver alivio.
Un cambio inevitable
La lesión de Jayson Tatum en plenos playoffs y la posterior reestructuración de los Celtics cambiaron todo el panorama. Sin su estrella disponible para casi toda la temporada 2025-26, Boston optó por mover piezas: Jrue Holiday y Porzingis salieron en traspasos, y Horford quedó libre para tomar un nuevo rumbo.
Golden State fue la puerta ideal. Allí lo esperan Steph Curry, Draymond Green y un Jimmy Butler que revitalizó al equipo en la segunda mitad del curso anterior. Steve Kerr no ocultó su entusiasmo: “No es cualquier pívot abierto, es Al Horford. Rebotea, defiende, pasa y encaja en cualquier alineación. Su versatilidad lo hace invaluable”.
En San Francisco, Horford encuentra un equipo veterano que todavía sueña con campeonatos y un sistema que potencia sus virtudes: defensa, liderazgo y capacidad para abrir la cancha.
A veces el baloncesto es tan simple como tomar el camino obvio. Y para Horford, tras cerrar su ciclo en Boston, el futuro tenía nombre propio: Golden State Warriors.
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