Un accidente de helicóptero sacudió la tarde del jueves el cielo de Nueva York. Un helicóptero turístico que despegó del Bajo Manhattan se estrelló en el río Hudson, justo en el límite entre Jersey City y Hoboken, en Nueva Jersey. A bordo iban seis personas: tres adultos —uno de ellos el piloto— y tres niños. Todos fallecieron, según confirmó la Policía de Nueva York (NYPD).
La tragedia ocurrió a las 15:17 horas, cerca de la escultura Water’s Soul, del artista catalán Jaume Plensa. Las autoridades reportaron que cinco cuerpos fueron recuperados casi de inmediato por los rescatistas, mientras que el sexto, el del piloto, fue hallado más tarde, atrapado en los restos de la nave.
Una explosión en el aire y caída al revés
Testigos en el muelle 40 escucharon un fuerte estallido, seguido de una enorme columna de humo y una especie de ola provocada por el impacto. Algunos aseguraron haber visto cómo partes del helicóptero —incluyendo una hélice— caían por separado tras una aparente explosión en el aire.
El helicóptero terminó hundido boca abajo, algo que expertos consideran poco común en estos casos. “Algo provocó que el aparato se rompiera en pleno vuelo”, comentó un especialista. Las causas exactas del siniestro aún se investigan.
Turismo aéreo bajo la lupa
Los seis pasajeros eran turistas de Barcelona, según la cadena ABC. Muchos residentes llevan años denunciando el tráfico constante de helicópteros turísticos sobre Manhattan, que consideran ruidoso e inseguro. Este accidente de helicóptero reaviva el debate sobre los controles y regulaciones en este tipo de servicios.
El día era frío y nublado, con el agua del río casi congelada, lo que dificultó las tareas de rescate. Aunque los helicópteros son una postal habitual del turismo neoyorquino, tragedias como esta recuerdan los riesgos latentes de este tipo de excursiones.
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